Padre,

Sé que Jesús vino para que yo tenga vida y la tenga en abundancia. La Palabra de Dios confirma que quien sigue a Jesús debe ser siervo del Señor. Como siervo, perdería la vida que conoce y recibiría una nueva vida en Cristo. Estoy dispuesto a morir a mi antigua vida y a tomar esta nueva vida como siervo del Señor Jesucristo.

Padre, confieso que he estado viviendo para mí mismo.

El camino que he elegido no ha producido frutos que den vida y perduren. Estoy dispuesto a entregarte mi vida entera y confesar con mi boca que Jesucristo es el Señor, y que ahora soy un siervo del Señor. Ya no viviré para mí mismo, sino que viviré para Cristo a partir de este día.

Confieso mis pecados y pido que sean quitados de mí y colocados en la cruz de Jesucristo. Sé que este es el comienzo de un viaje que continuará por toda la eternidad.

Yo (inserta tu nombre) te doy el cien por ciento de mi corazón y confirmo mi pacto con Jesús, quien resucitó de entre los muertos y ahora vive en mi corazón.

En el nombre de Jesús, amén.

La oración de salvación